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Donde los encontramos

Los sistemas embebidos se aplican en varios ámbitos profesionales. Entre ellos, encontramos el de la automoción, la salud, la electrónica de consumo, el militar y de defensa, las telecomunicaciones y, por supuesto, la industria. Este último sector es el que más se aprovecha de esta tecnología. Por ello, hablamos de algunos beneficios de estos sistemas en el entorno industrial.

Control total. Estos sistemas permiten una personalización casi completa. Los programadores pueden utilizar su propio código para modificar la interfaz del sistema, su funcionalidad e incluso las tareas que desempeña cada pin del microprocesador. De este modo pueden adaptarse a cualquier entorno.
Conectividad y adaptabilidad. De ser necesario, estos periféricos pueden conectarse a un ordenador para extraer datos o modificar parte de su código. Además, el acomplamiento de sistemas embebidos a otros dispositivos es extremadamente sencillo. Esto puede ser útil para monitorizar el funcionamiento de las herramientas industriales automatizadas.
Reducción de costes. Estos dispositivos están formados por módulos electrónicos, dejando de lado los PLC o controladores lógicos programables. Al evitar esta tecnología, se abarata su coste. Además, se facilita el mantenimiento, puesto que es muy sencillo sustituir sus componentes. Esto último es esencial en el sector industrial, que requiere de sistemas robustos de larga duración.
Diseño modular. Los dispositivos incrustados son fácilmente trasladables y, además, se desmontan y reorganizan con facilidad. Esto permite integrarlos en cualquier lugar y en cualquier otro sistema electrónico.
Corto tiempo de respuesta. Estos sistemas embebidos suelen funcionar en tiempo real. Deben ejecutar acciones en espacios de tiempo inmediatos, por lo que su tiempo de respuesta es extremadamente corto. En el caso de los productos industriales, debe garantizar, por ejemplo, la inmediatez de respuesta en radares y maquinaria automatizada.
Accesibilidad. Actualmente, los sistemas embebidos más simples se han democratizado y cualquiera puede trabajar con ellos. Algunas herramientas de este tipo como Arduino o Raspberry Pi permiten crear sistemas de control lumínicos, sensores de apertura automática de puertas o incluso videoconsolas. Todo ello fácilmente y a costes extremadamente bajos.